El romanticismo en la Biblia

La Biblia es la expresión escrita del amor de Dios. Si
hay un libro que presenta el verdadero amor es ella. La Escrituras nos hablan del
romanticismo de Dios. Ella contiene un libro completo de la Biblia,
el Cantar de los Cantares de Salomón, cuyo tema principal es destacar el amor
que debe existir entre la pareja. He aquí una muestra del romanticismo de Dios
en estos poemas del Cantar:
«¡Hazme del todo tuya! ¡Date prisa!
¡Llévame, oh rey, a tu alcoba!
Los amigos Regocijémonos y deleitémonos juntos […].
¡Sobran las razones para amarte!»
(Cantares 1: 4)
«Grábame como un sello sobre tu corazón;
llévame como una marca sobre tu brazo.
Fuerte es el amor, como la muerte,
y tenaz la pasión, como el sepulcro.
Como llama divina es el fuego ardiente del amor.
Ni las muchas aguas pueden apagarlo,
ni los ríos pueden extinguirlo»
(Cantares 8: 6-17).
Cautivaste mi corazón, hermana y novia mía,
con una mirada de tus ojos;
con una vuelta de tu collar cautivaste mi corazón.
¡Cuán delicioso es tu amor, hermana y novia mía!
¡Más agradable que el vino es tu amor,
y más que toda especia la fragancia de tu perfume!
Tus labios, novia mía, destilan miel;
leche y miel escondes bajo la lengua.
Cual fragancia del Líbano
es la fragancia de
tus vestidos»
(Cantares 4: 9-11).
«¡Cuán bella eres, amada mía! ¡Cuán bella eres!
Tus ojos, tras el velo, son dos palomas.
Tus cabellos son como los rebaños de cabras
que retozan en los montes de Galaad.
Tus dientes son como ovejas recién trasquiladas,
que ascienden luego de haber sido bañadas.
Cada una de ellas tiene su pareja; ninguna de ellas está
sola.
Tus labios son cual cinta escarlata;
tus palabras me tienen hechizado.
Tus mejillas, tras el velo, parecen dos mitades de
granadas.
Tu cuello se asemeja a la torre de David,
construida con piedras labradas;
de ella penden mil escudos,
escudos de guerreros todos ellos»
(Cantares 4: 1-4).
Esto poemas son tan solo una pequeña muestra de la
importancia que las Escrituras dan al amor entre la pareja. Pero esto no se
queda en el papel, debía repercutir en la vida práctica. Por ejemplo, Dios
ordenó: «No envíes a la guerra a ningún hombre recién casado, ni le impongan
ningún otro deber. Tendrá libre todo un año para atender su casa y hacer feliz
a la mujer que tomó por esposa» (Deuteronomio 24: 5).
El apóstol Pedro nos dice: «De igual manera, ustedes
esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa
con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato
don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes» (1 Pedro 3:7). Hacer
feliz a la pareja tiene prioridadde primer orden en nuestra vida.
Entregar tu vida sentimental y tu sexualidad a Jesús es una
de las decisiones más importante que tomar. Es más importante que todos los
principios que hayas estudiado. Si Jesús es el Señor de tu vida sentimental,
obedecerás los demás principios sin problema, pues él únicamente te guiará por
sendas que te llevaran a disfrutar de las relaciones más estables.
¡Permite que Jesús sea el Señor de tu vida amorosa o
sentimental!
Encomienda tu
vida sentimental
y tu
sexualidad a Cristo
Muchas parejas
descubren que al
incrementar su
intimidad espiritual,
se multiplica también
el deseo de
expresar
físicamente el amor.
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