El comportamiento controlador

El
comportamiento controlador suele presentarse de diferentes maneras, especialmente
cuando la relación está en sus inicios. Un novio o novia controladora puede
exhibir:
✓ Un
patrón de comunicación negativo: una señal de alerta respecto al intento de
dominio que se avecina.
✓ La
tendencia a interrumpir frecuentemente a su pareja.
✓ La
inclinación a afirmar sus propias opiniones con fuerza y seguridad.
✓ La
intención de menoscabar a su pareja.
✓ La tendencia
a que su novio o novia no exprese sus opiniones, sentimientos y pensamientos
libremente.
Esto
tiende a recalcar la idea de que la opinión del otro no tiene importancia, o
que él o ella no es lo suficientemente inteligente como para abrigar ideas válidas.
Este
patrón puede presentarse en detalles pequeños, como elegir el restaurante en
que van a comer; o en asuntos mayores, relacionados con valores o fe. Las
personas controladoras suelen interrumpir a su compañero o compañera para
corregirle los «errores» de un relato, e incluso no los dejan terminar y
concluyen la historia ellos mismos.
Cuando se
trata de asuntos importantes, no toleran desacuerdos. Si su pareja emite una
opinión diferente, la parte controladora se muestra inflexible, reafirmando
su opinión de manera dogmática e incluso iracunda. Emiten sus
opiniones de una manera tan segura, que hacen que las demás opiniones parezcan
inferiores o incluso estúpidas. Este patrón de comunicación negativo considera
a la otra parte como un ser inferior cuyas opiniones prácticamente no valen
nada.
No obstante
lo destructiva que puede ser esta forma de comunicación, el comportamiento
controlador que le sigue es mucho peor. A medida que la relación se hace más
íntima, la necesidad de controlar al novio o la novia aumenta. Finalmente, la
parte controlada comenzará a añorar los «viejos tiempos» en los que el control
era de índole verbal.
¡El
comportamiento controlador no solo es enfermizo, sino peligroso! Las
estadísticas que hablan de miles y miles de esposas maltratadas no
mienten. Estas mujeres saben que su seguridad, e incluso su propia vida,
están en peligro. No permanezcas en una relación de esa naturaleza. ¡Corre,
aléjate, huye, pide ayuda!
El amor
debe ser expresado y aceptado libremente. En el verdadero amor siempre existe
la posibilidad del rechazo. Si mi amada no tiene la opción de rechazar,
entonces no es amor verdadero. Ella podrá ser un robot, pero no una persona que
ama con libertad, porque el amor verdadero implica siempre una elección.
Los que
controlan, dominan y aíslan no tienen idea de qué es amar. No son capaces de
expresar un amor verdadero, ni tampoco de recibirlo. El amor verdadero nunca es
forzado; siempre da opciones, y una de ellas es permitir que el objeto de
nuestro afecto pueda dejarnos o rechazarnos.

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