Cuando es necesario romper

Romper una relación sentimental siempre es duro, difícil
y, en muchas ocasiones, muy doloroso. Ahora bien, todo el dolor que una ruptura
pueda llegar a producir es preferible a las consecuencias que puede tener en el
futuro una relación matrimonial con una persona no cristiana, consecuencias,
que en el mejor de los casos tan solo nos afectarán a nosotros, y en el peor,
también a nuestros posibles hijos. Sin duda, la ruptura será más difícil y
costosa cuanto más grande sea la compenetración emocional entre ambas personas.
No subestimes las consecuencias psicológicas y
emocionales que ocasiona terminar un noviazgo, incluso cuando es una necesidad
hacerlo y tú eres quien da el paso inicial. Las reacciones podrían ser
similares a las de quedar viudo o a las de un divorcio, aunque en menor grado.
La pérdida de una relación podría ocasionarte melancolía, depresión, extensos
períodos de llanto, incapacidad para concentrarte, desesperanza, indiferencia,
irritabilidad, pérdida del apetito o una necesidad incontrolable de comer,
trastornos del sueño, pérdida de la capacidad de razonamiento, y una sensación de
distanciamiento de Dios ¡Todo por haber terminado una relación sentimental! Tú
podrías, incluso, desear reanudar una relación problemática, tan solo para
mitigar la angustia que te produce la actual separación. Sin embargo, creo
firmemente que por muy doloroso que sea este proceso, es preferible a un
divorcio más adelante.

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