"Virgen de nuevo"

Si ya tú
has cruzado la línea de la pureza sexual, no es demasiado tarde para cambiar tu
comportamiento. Recuerda: Dios puede perdonar cualquier pecado de índole sexual
tan ciertamente como lo haría con cualquier otro pecado. Él te perdonará si se
lo pides. El apóstol Juan afirma que el único requisito que se necesita para el
perdón es la confesión:
«Si
confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos
limpiará de toda maldad» (1 Juan 1: 9). Él cumplirá sus promesas, porque no es
mentiroso.
Es más, la
Biblia dice que cuando Dios perdona nuestros pecados, se olvida de ellos (Jeremías
31: 34). Y si Dios se ha olvidado de nuestros pecados, es como que si nunca hubieran
ocurrido. La voluntad de Dios para perdonar y olvidar es maravillosa. Cuando
confesamos nuestro pecado, somos perdonados y Dios se olvida de él. ¡Es como
que si recuperáramos la virginidad! Jesús dijo: «Yo hago nuevas
todas las cosas» (Apocalipsis 21: 5), y tú no estás exento de esa promesa. Él
hace de ti una nueva criatura cuando te perdona y te restaura. Así que
no te sientas perdido si ya has cruzado esa línea imaginaria de la pureza. Pide
perdón al Señor y deja que él haga «nuevas todas las cosas» en ti. ¡Puedes
confiar plenamente en él! Ahora es el momento de decidir cuánto es demasiado.
Es el momento de establecer tus propios límites. Decide esto en oración y
comprométete a vivir de acuerdo a esas normas.
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