El abuso sexual, el incesto y el noviazgo

Las víctimas de cualquier tipo de abuso necesitan ayuda de tipo profesional.

Las estadísticas sobre el aumento del abuso sexual varían, pero basta con decir que entre un cuarto y un tercio de las mujeres que han alcanzado la mayoría de edad en Estados Unidos han experimentado algún tipo de abuso sexual, de incesto o violación. Un estudio encontró que un 16% de los hombres también fue víctima de abusos sexuales durante su infancia.19 En 1991, Sorensen y Snow reportaron un incremento de un 322 % en los casos de abuso sexual infantil, durante la década comprendida entre 1980 y 1990.

El abuso sexual de niños y adolescentes

El abuso sexual de los niños y adolescentes está generalizado en todas las sociedades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que la prevalencia general es de 
25 % respecto a las niñas y 8 % a los niños, aunque estas cifras varían según la población estudiada y las definiciones que se usen. El padre u otro pariente de sexo masculino es el perpetrador más común, pero también hay abuso por parte de compañeros, maestros, encargados del cuidado de los niños, amigos de la familia, líderes religiosos y vecinos. Los niños y las niñas entre las edades de 7 y 13 años son los que corren más riesgo.
Si sumamos a esto el número de jóvenes que se exponen a la pornografía desde temprana edad, obtendremos un panorama alarmante de la niñez en Estados Unidos. La niñez en ese país no está nada segura. ¡Es repugnante que los más indefensos sean quienes hayan sufrido a causa de crímenes tan atroces!
Las víctimas de crímenes sexuales sufren más que un simple abuso físico. Los efectos más devastadores son emocionales, mentales y relacionales. Se les hace difícil confiar en alguien, y la intimidad genuina parece imposible. Los sentimientos de culpa, temor, ira e incluso un comportamiento adictivo suelen dominar a las víctimas de abuso. La mayoría de las víctimas asumen la culpa de lo que les sucedió y llegan a recriminarse por el abuso en vez de culpar al abusador. Sienten que hay algo en ellos que está mal.
El sentimiento de culpa que experimentan las víctimas varía. Algunos pueden sentir una «culpa de índole sexual» que se manifestará aun en la edad adulta y podrá afectar sus relaciones sexuales en el matrimonio.
Se define como culpa sexual a aquella que se relaciona con el placer sexual. Otros quizá se sienten diferentes a los demás, abrigando sentimientos de ira y de odio hacia sus padres, a quienes consideran responsables por el abuso. O quizá se sienten culpables por haberlo reportado, por ser «desleales», o por haber trastornado la estabilidad familiar. Estos sentimientos de culpa quizá pudieron hacer que la víctima no reportara el abuso, convirtiéndolo en un terrible secreto que marcará enormemente sus vidas. Aunque es de notar que numerosas investigaciones revelan que aquellas víctimas que mantienen el abuso en secreto sufren mayores angustias emocionales que quienes lo reportan.
La culpa resultante del abuso sexual infantil puede interferir con el desarrollo de la personalidad y la sexualidad, e influir en la confianza que pone el niño en sus relaciones durante los años críticos de su desarrollo. Si la víctima de abuso infantil no resuelve su trauma, la sexualidad puede llegar a ser un motivo de conflicto en la edad adulta. Las víctimas de abuso sexual que no reciben tratamiento para su problema pueden caer en el crimen, el suicidio y en el uso de drogas; y en el caso de los varones maltratados, pueden desarrollar la tendencia a convertirse a su vez en abusadores.
La mayor parte de los casos de abuso sexual involucran a personas cercanas a las víctimas, muchas veces familiares cercanos.
Los problemas de confianza e intimidad de la víctima aumentan como consecuencia de la traición que han experimentado de parte de dichas personas. Las víctimas de crímenes sexuales, especialmente cuando el abuso ha ocurrido en la niñez, requieren un gran nivel de atención cuando entran en una relación sentimental o en un noviazgo. A estas personas se les hace muy difícil sentirse aceptados o aceptadas. Se sienten rechazados, y en su interior esperan que tú también los rechaces.
Si has sido víctima de algún tipo abuso y todo cuanto he descrito aquí te suena como algo familiar, no debes esperar para buscar ayuda. No tienes la culpa de lo que te sucedió.
Te mereces una vida mejor. Tu tragedia no dice nada malo de ti, sino que habla muy mal del abusador.
Tú no tienes por qué pasar el resto de la vida cargando con esos sentimientos. No pases toda la vida sufriendo ese dolor. La recuperación es posible. Todavía puedes disfrutar una relación profunda y satisfactoria, aunque primero debes buscar una solución a tu problema.
Por lo tanto, es importante que postergues cualquier relación sentimental hasta que hayas enfrentado satisfactoriamente el trauma que provocó el abuso del que fuiste víctima.
Asegúrate primeramente que estás en condiciones de dar y recibir amor sin reservas. ¡Es una deuda que tienes contigo!

Si has sido víctima de algún tipo de abuso sexual, ya sea incesto o violación, busca ayuda profesional antes de establecer cualquier tipo de relación sentimental.

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