Los tres componentes del amor comprometido
El Dr. Robert Sternberg realizó un estudio a fondo del amor
comprometido tal como se manifiesta en el matrimonio. Afirma que en el amor marital
existen tres componentes: pasión, intimidad y dedicación.
La pasión es el deseo o anhelo mutuo que se
tienen quienes se aman. Tiene que ver con la atracción sexual, el romance y la
sexualidad. La pasión es el lado motivador del amor. Suele ser más fuerte
durante las primeras etapas de una relación, fomentado por una atracción física
creciente. El libro de los Cantares de Salomón en la Biblia está inspirado en
ese aspecto apasionado del amor. En su lado negativo, la pasión puede ser
posesiva e incluso obsesiva. Pudiera llevar a los amantes a un nivel
extremo de preocupación por el otro.
Quienes se aman pueden tarde o temprano incorporar la pasión
en el cuadro del amor. Las parejas casadas pueden aumentar el nivel de pasión
de su relación mediante detalles, experiencias que pueden ser disfrutadas en
pareja, y detallitos diarios y sinceros.
La intimidad es el lado emocional del amor.
Se trata simplemente de conocer y ser conocido. Es llegar a compenetrarse con
la otra persona en todos los aspectos, sus pensamientos, creencias, gustos e
historia. Significa saber todo, tanto lo bueno como lo malo, y aceptar a la
persona por lo que es. La intimidad provee la cualidad de «alma gemela» que
muchos anhelan al relacionarse con alguien.
Puedes aumentar tu nivel de intimidad compartiendo juntos,
aprendiendo a escuchar las palabras y las emociones que comunica tu novio o
novia, practicando la aceptación incondicional, centrándote en
las cosas en común, y explorando juntos la espiritualidad.
La dedicación es la determinación de hacer
que una relación funcione. Es la voluntad de estar siempre disponible para la
otra persona, uniendo tu vida con la de él o ella a pesar de las
circunstancias. Es el lado cognitivo e intencional del amor. Es la promesa de
estar juntos «hasta que la muerte los separe». Provee seguridad en un mundo de
inseguridad; declara: «Te amo por lo que eres y no por lo que haces o por lo
que sientes». Se puede cultivar la dedicación reconociendo el valor de dicha
cualidad, satisfaciendo las necesidades de tu novio, novia, esposo o esposa;
reconociendo su sacrificio y dedicación, y haciendo de esta cualidad una parte
de su identidad.
Toda relación tiene sus altas y sus bajas, pero para que
sea fuerte, debe existir un equilibrio entre la pasión, la intimidad y la
dedicación. Poseer únicamente dos de estos elementos, significa que la relación
será poco menos que sana.
Quienes demuestran pasión y dedicación, pero no tienen
intimidad, practican un amor absurdo. Dedicación e intimidad, sin poseer
pasión, implica una relación de compañerismo. Pasión e intimidad, sin
dedicación, es un amor romántico.
Únicamente aquellos que tienen pasión, intimidad y
dedicación disfrutan del verdadero amor, el amor que se necesita para que un
matrimonio funcione. Quienes deseen cosechar un gran amor deben esforzarse por
cultivar estos tres elementos. Cuanto más pasión, intimidad y dedicación
tenga tu relación, tu noviazgo y aun tu matrimonio mejor será.
El amor comprometido presenta
características mucho menos egoístas
que las del amor romántico.
Es indispensable que ambos miembros de la pareja estén de acuerdo en comprometerse con todo lo anterior, y con algunos otros puntos particulares de cada pareja. Es un trabajo de dos personas y ambas deben tirar con la misma fuerza.
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